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3 buenos sistemas escolares ¿Qué tienen en común?

 

Tiempo de lectura: 9 minutos aprox.

Tras revisar extensamente los sistemas escolares de Japón, Finlandia y Canadá, los elementos en común son los siguientes:

1. Sociedades que permiten acceso a servicios básicos
2. Instituciones locales de educación
3. Trato equitativo a las escuelas
4. Círculo virtuoso con los profesores
5. Educación primaria holística

En este artículo se desarrolla cada punto.
 
Si bien Canadá, Finlandia y Japón son países muy diferentes, se estudiaron por el siguiente motivo: Todos tienen sistemas escolares que lograron altos puntajes en la PISA y un elevado porcentaje de estudiantes resilientes.  
 
Esto quiere decir dos cosas. Primero, que la gran mayoría de sus estudiantes de 15 años pueden resolver problemas cotidianos usando conocimientos en ciencias, matemáticas y lenguaje. Segundo, que casi la mitad de los estudiantes de 15 años en desventaja socioeconómica logran convertirse en los más capacitados del país.

 


3 países diferentes con similares resultados

Si revisamos los contextos de Japón, Canadá y Finlandia, salvo que los tres son países desarrollados en la actualidad, no tienen mucho más en común. Por un lado, vemos diferencias evidentes entre ellos tales como el tamaño de su territorio, la cantidad de habitantes o su cultura. Por otra parte, tienen diferencias menos conocidas, como lo es su historia reciente. Por ejemplo, después de la segunda guerra mundial, Japón y Finlandia eran países pobres, mientras que Canadá era rico. 
 
 
Posteriormente, en la década de 1960, los tres comienzan reformas educativas que pavimentarían el camino al éxito educativo en los 2000, sin embargo, las razones de cada uno eran diferentes. Cada país trataba de responderse sus propias preguntas.

  • Japón en los 60’s: ¿Cómo hacemos que todos sean trabajadores disciplinados y esforzados? Se quería educar para industrializar el país y ser un referente a nivel mundial.
  • Finlandia en los 60’s: ¿Cómo hacemos para que todos aprendan igual de bien? Se entendía la educación como parte de un estado de bienestar. El gasto era una inversión para la productividad y que les permitiría ser un país referente a nivel mundial.
  • Canadá en los 60’s: ¿Cómo hacemos para que todas las culturas se sientan parte de Canadá? Se buscaba una educación bilingüe que aporte a solucionar conflictos sociales/culturales.

Diferentes motivaciones, pero que fueron el punto de inicio para llegar tener sistemas escolares destacados a nivel mundial 30-40 años después. ¿Cuál fue el camino recorrido? Eso lo pueden ver en detalle la serie de videos y artículos que escribí (si pinchan en la palabra, pueden verlos).

Ahora, a lo que vinimos ¿qué tienen en común los sistemas escolares de Japón, Finlandia y Canadá?


Elementos en común

Tras revisar estos tres casos, elementos como la estructuración del año escolar, la cantidad de alumnos por sala, que las familias puedan elegir la escuela de sus hijos, tener o no evaluaciones, son cosas que varían en cada país. Por lo que no parecen ser tan determinantes en el éxito de un sistema escolar. Los que sí destacan son:

1. Sociedades que permiten acceso a servicios básicos

En los tres países el Estado cumple un rol y posibilita que gran parte de su población viva bien, garantizando que todos tengan acceso a servicios básicos como salud, vivienda, transporte, protección ante el desempleo y educación.

De esta forma, las condiciones fuera de la escuela, propiciadas por el Estado, hacen que los niños y niñas en esos países solo se tengan que preocupar por sus estudios, ya que todas sus otras necesidades se encuentran cubiertas. No pasan hambre, ni frío y sus familias no están estresadas por el miedo a perder el trabajo, a enfermarse o a ser víctimas de un crimen.

2. Instituciones locales de educación

En todos estos países existen organizaciones educativas gubernamentales a nivel local. Es decir, parte del sistema educativo comprende instituciones que permiten adaptar los lineamientos nacionales a la realidad de la comuna.

3. Trato equitativo a las escuelas

Se asume y se busca que todas las escuelas sean iguales. Igual de buenas. Para ello se busca el financiamiento equitativo de las mismas, para que no haya establecimientos con más recursos que otros.

En estos tres países, las escuelas no compiten entre sí. Además, los estudiantes van a la escuela que está cerca del barrio donde viven.

4. Círculo virtuoso con los profesores

Los docentes son claves en los tres sistemas escolares estudiados. En todos se confía en el criterio de los maestros y se cree que intentan hacer bien su trabajo. Además, los salarios son buenos y es una profesión altamente respetada.

Se genera un círculo virtuoso: las buenas condiciones laborales de los profesores y el estatus que poseen atraen a muchos jóvenes. Esto permite que se elijan a los mejores para ser parte de las facultades de pedagogía, lo cual es factor a la hora de alcanzar buenos resultados escolares. Los buenos resultados, reafirman la confianza en los docentes, lo que mantiene las buenas condiciones laborales y su buen estatus. 


Otro punto es que en los tres países hay una política de formación docente. O sea, en cada país el Estado planifica junto con diferentes organizaciones cómo se van a preparar los nuevos profesores. Si bien las medidas pueden variar (estandarizar la formación en las universidades, sistema de acompañamiento durante el primer año de trabajo, colaborar con colegios de profesores para certificar egresados de pedagogía, entre otras), ninguno de estos países deja la formación docente al azar.

5. Educación primaria holística

Esta parece ser la etapa fundamental, ya que es donde más similitudes se encuentran en estos tres casos exitosos. Nos referimos de 1° a 6° grado, niños y niñas de 6 a 12 años de edad aproximadamente.

Las lecciones suelen durar 45 minutos y estan seguidas de un receso de 10.

Por varios años, poseen un profesor/a para la mayoría de las asignaturas. Lo que permite que el docente conozca a sus estudiantes y vea su desarrollo.

Matemática y lenguaje no son asignaturas que tengan una prioridad. Existe un balance entre lo “artístico” y lo “académico”.  Por ejemplo, tienen Educación física más de una vez por semana y las artes, música y talleres de manualidades están presentes desde el principio. 


 
Además, en la primaria tienen asignaturas tipo educación para la vida social, clases ética o educación moral. Entonces, hay un enfoque holístico que desarrolla todos los aspectos del estudiante.

En las clases están presentes muchos objetos manipulables y visuales. Además, para explicar el contenido se recurre a fenómenos cotidianos; relacionados con la ciudad, barrio u hogar del estudiante.

Por último, se asume que todos pueden aprender y no se usa uniforme.


Reflexiones finales

Vemos que hay cosas fuera del aula que, sumado a factores dentro del aula, permiten el entorno propicio para que los estudiantes desarrollen su potencial.
 
El estudiante puede ser un Ferrari, pero si el camino es de ripio, no va a andar bien y hasta se va a averiar. Las condiciones dentro y fuera del aula son la máquina que crea el pavimento necesario para que el Ferrari muestre su mejor versión.

Por más que un gobierno hable de reformas enfocadas solamente en el aula, mejorar solo las escuelas no es suficiente. Hay que hacer cambios fuera del establecimiento también si queremos realmente un sistema escolar “de excelencia”. Ayuda tener profesores, buena infraestructura y materiales; pero los profesores deben ser tratados como profesionales; los niños y niñas no pueden llegar con hambre, frio o estrés desde la casa.

El Estado debe entender el sistema escolar no como algo aislado y que solo se ve afectado por el ministerio de educación. Debe ser visto como parte de algo más grande y conectado con otras áreas. Los estudiantes deben recibir apoyo para remover las barreras que les impiden cubrir sus necesidades básicas. Si un niño no come bien, está enfermo o tiene problemas en casa, la última de sus prioridades va a ser aprender de lo que hablan en la escuela. Por lo que es esencial asegurar el bienestar no solo de los niños, sino que de las familias en general. Si las familias están bien (salud, empleo, transporte, vivienda, etc.), los niños y niñas se crían en un entorno de bienestar donde su única ocupación será aprender y desarrollarse día a día.

Eso sí, las reformas educativas no saben viajar. Realizándonos nuestras propias preguntas, inspirándonos en estos elementos en común, y encontrando nuestras propias respuestas, es como podremos llegar a tener nuestras escuelas llenas de estudiantes sanos, felices y aprendiendo. Independiente de como luzcan, como hablen o de donde vengan.


Fuentes





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